Cuando te das cuenta que no puedes mas, sacas ganas de donde no las hay.
Vives acostumbrada a llorar encerrada y a sonreír en la calle, que detrás de esa sonrisa se esconden miles de sentimientos.
Muchos son los creen que te conocen y pocos son los que saben cada uno de tus sentimientos.
Pocos son los que te ayudan a levantarte y muchos son los que te ayudan a hundirte.
Cuando crees que esta todo bien, llegan por atrás y te la vuelven a hacer.
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