Álvaro salió de la casa.
Sandra se quedo pensativa, se puso a pensar que todo esto que estaba pasando no era bueno ni para ella ni para los que le rodeaban, que si quería algo tenía que luchar por ello, pero luchar por ello es luchar limpio, no juegos sucios.
Que no puede tirar la toalla por lo mínimo que le pase, que si le gusta Álvaro, tiene que luchar por el, tiene que ganárselo poco a poco, con el sudor de su frente, y si le tiene que echar cara a mas de una cosa, ella se la echará.
Sandra fue a pedirle perdón a su padre, porque su padre estaba muy mal, estaba sufriendo por ella y por su madre, pero ella no se daba cuenta hasta que se lo dijo Álvaro, “ que no fuera tan egoísta” que solo pensaba en ella.
Esa noche estuvo con ablando con Álvaro, y así cada noche, una vez se llamaban uno y otra vez otro.
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